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Supernovas

El espectacular final de una estrella

Una supernova es una estrella que, al final de su vida, se destruye en una gran explosión que da lugar a que se incremente la luminosidad de la estrella de forma espectacular. Se ven más comúnmente en galaxias distantes, en la Vía Láctea se tiene constancia de muy pocas supernovas. Son extremadamente brillantes, rivalizando, por unos pocos días, con la emisión de luz combinada de todo el resto de las estrellas en la galaxia. Dado que la mayoría de las supernovas ocurren en galaxias distantes, su brillo aparente es muy débil, incluso para los grandes telescopios. Ocasionalmente ocurren en galaxias cercanas, y entonces es posible un estudio detallado de sus características.

Supernova Cassiopeia A

La última supernova fue vista en nuestra galaxia, la Vía Láctea, en 1604 por Kepler. La más brillante desde entonces ha sido la supernova 1987A, en la Gran Nube de Magallanes, una pequeña galaxia satélite de la Vía Láctea. Las supernovas se clasifican en dos tipos. Las de Tipo I resultan de la transferencia de masa dentro de un sistema binario que consiste de una estrella enana blanca y una estrella gigante. Las de Tipo II son, en general, estrellas masivas individuales que llegan al fin de sus vidas con una formidable explosión.

Supernova W49B

La huella que deja una supernova es visible durante muchos años. Los restos de la estrella que acaba de explotar se expanden a gran velocidad arrastrando a su paso todo el polvo y el gas interestelar que encuentra a su paso, creándose unas extraordinarias estructuras de nudos y filamentos que se retuercen y se mezclan mientras se desplazan por el espacio. Son los llamados restos de supernovas, último testimonio de una gran estrella que existió en otro tiempo y que los mejores telescopios ( en todos los rangos del espectro electromagnético ) son capaces de captar, para ofrecernos imágenes impresionantes.

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