El triunfo de las matemáticas
Neptuno, presenta un gran parecido a Urano en cuanto a tamaño y composición. De un intenso color azulado se distinguen matices, manchas y tenues trazas blancas sobre las capas externas de su densa atmósfera de Hidrogeno, Helio y metano.
Los vientos que soplan en la atmósfera de Neptuno son los mas rápidos del Sistema Solar, alcanzando los 2.000 km/h. y moviéndose de forma paralela al ecuador.
Como el resto de los planetas gigantes, Neptuno también posee un sistema de anillos, aunque en este caso se trata de cuatro tenues y oscuros anillos apenas distinguibles.
El descubrimiento de Neptuno a mediados del siglo XIX fue un triunfo más de la mecánica newtoniana: la órbita de Urano presentaba pequeñas irregularidades que nadie sabia explicar y que algunos achacaban a la presencia de un planeta desconocido más allá de la órbita de Urano.
Tras realizar los cálculos correspondientes Adams y Leverrier indicaron la posición exacta en que debería encontrarse el desconocido planeta. Efectivamente, tras dirigir los telescopios al lugar indicado se observó la presencia del planeta predicho por las matemáticas.
Debido a la configuración de las órbitas de Neptuno y Plutón, durante ciertos intervalos de tiempo Neptuno se encuentra más alejado del Sol que Plutón, como así ocurrió en el intervalo de años entre 1979 y 1999.
Los dos principales satélites de Neptuno son Tritón y Nereida. La sonda Voyager2 descubrió otros seis satélites pequeños cuando sobrevoló Neptuno a finales de la década de los ochenta del siglo pasado. Posteriormente se han descubierto alguno más mediante rastreos telescópicos con lo que en la actualidad se conocen un total de 13 satélites orbitando a Neptuno, aunque no es descartable que existan más de pequeño tamaño que aún no hayan sido descubiertos.